Central nuclear del IPEN ejecutará este año proyectos para descentralizar lucha contra el cáncer

Lima, ene. 06 (ANDINA). Este año, la central nuclear Racso del Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN) empezará a trabajar cinco proyectos que permitirán descentralizar la lucha contra el cáncer y conocer la cantidad y la calidad del agua en el país, informó esa institución.

El jefe de la Planta de Producción de Radioisótopos (PPR), Guilmer Agurto, explicó que Racso desarrolla el generador automático portátil para la descentralización de la medicina nuclear en la atención de los casos de cáncer.

 

Mediante el Plan Esperanza, el Gobierno evalúa los centros de medicina nuclear existentes en el país, ve las regiones con capacidad para impulsarlos y aquellas que cuentan con centros inactivos por falta de equipos.

Todo ello, a la par, permitirá descentralizar el uso de lo que produce la central nuclear y no solo la red de Essalud y Minsa en Lima y Arequipa tendrán estos productos o aquellos que pueden pagar los tratamientos privados. Es un beneficio de la ciencia nuclear.

El RP-10 es el cerebro del Centro Nuclear Racso. Está a 42 kilómetros al norte de Lima, en Puente Piedra, donde las chacras están siendo cambiadas por nuevas urbanizaciones. Al fondo, tras unos cerros pelados, está Huarangal, como lo conocen. O Centro Nuclear Óscar Miró Quesada "Racso". En 125 hectáreas trabajan más de un centenar de científicos y técnicos.

Encerrado bajo el edificio principal, el reactor RP-10 es el alma de Racso. Una máquina multipropósito que produce, fundamentalmente, neutrones. Es un reactor "tipo piscina" hecho por argentinos e inaugurado hace 25 años.

Adentro todo está sellado herméticamente; al silencio solo lo molesta el leve zumbido de la electricidad y desde su cima se aprecia la enorme boca del tanque repleto de agua especialmente tratada cada medio año, y que sirve como moderador, blindaje y refrigerante.

Allí abajo se cobija el uranio que "bombardeará" el material "blando" y lo volverá radioactivo; y servirá para aplicaciones en la salud, la agricultura y el medioambiente.

"La energía nuclear nació en 1945 con el estigma de las bombas nucleares arrojadas contra Hiroshima y Nagasaki. Esos son usos bélicos. El rubro de Racso es el de aplicaciones pacíficas", subrayó el director de Producción del IPEN, Agustín Zúñiga.

Lleva en el bolsillo un dosímetro, para medir la radiación que recibe durante sus labores. Es una medida preventiva, porque en la historia de Huarangal no ha habido ningún incidente en la escala internacional del 1 al 7.

"En Chernobyl o Fukushima tuvieron 7, fueron eventos muy graves; se trataba de centrales nucleares con potencias de 3,000 megavatios y 150 toneladas de uranio. Nuestro reactor apenas llega a los 10 megavatios y 50 kilogramos de uranio. Es otra dimensión", precisó.

El Racso empezó a diseñarse en 1977 y el 19 de diciembre de 1988 se inauguró. Su vida nominal será de 30 años, y para que continúe en uso se realiza un mantenimiento preventivo anual.

Zúñiga explicó que es lo normal, que el similar que hay en Brasil data de 1965 y ha sido repotenciado "porque no son reactores nucleares, sino centros dedicados a la investigación".

En ese sentido, dijo que Racso ya tiene un presupuesto adicional aprobado por el Ministerio de Energía y Minas de nueve millones de nuevos soles que se utilizarán en el quinquenio subsiguiente.

Trabajo científico

Zúñiga mencionó que el flujo de practicantes ha dependido de las fluctuaciones de los gobiernos. "En los últimos dos años hubo mayor número de especialistas que han venido a utilizar la energía del reactor. La doctora Susana Petrick, directora del Ipen, tiene en la mira reflotar el trabajo con las universidades, mediante los practicantes y tesistas, que en el mundo hacen las investigaciones."

El director de investigaciones de Racso, Eduardo Montoya, comentó por su parte que si bien en la última década el equipo ha hecho 53 publicaciones en revistas especializadas, se requiere una tasa de al menos 100 publicaciones anuales durante un quinquenio para figurar en el ranking internacional Scimago.

Entre los logros del centro están las dos patentes registradas en 2008, una de "síntesis del clorhidrato de 2-metil-alil-amina", para el diagnóstico oportuno del infarto al miocardio; y otra relacionada con la preparación de quitina y quitosano.

Investigaciones en camino

Lo más importante es que en el 2013 Racso captó fondos para investigaciones por 1'882,217 nuevos soles, todo un logro, pues el quinquenio pasado el Ipen había tenido una participación inferior a los 100 mil nuevos soles anuales, en promedio. "Esto, en gran parte, por la política actual en ciencia y tecnología", subrayó.

Con este financiamiento, los próximos tres años la central nuclear de Racso estará enfocada en la investigación de cinco temas: la investigación y desarrollo de un generador automático portátil que permitirá la descentralización de la medicina nuclear en el Perú con fines de inclusión social.

También al desarrollo e implementación de un sistema de monitoreo remoto para medición de la contaminación del agua en la cuenca baja del río Rímac; y el desarrollo de sistemas telemétricos para sensores medio-ambientales remotos.

Asimismo, el diseño e implementación de una red piloto de sensores para monitoreo de la calidad del aire en Lima; y la evaluación del potencial de recursos hídricos subterráneos del Perú.   

Revolución arqueológica

El IPEN también trabaja el proyecto Análisis por activación neutrónica no destructivo de objetos enteros, que permitirá determinar el origen de los cerámicos gracias a la composición geológica.

Es decir, se sabrá con precisión, por ejemplo, si los huacos de culturas panandinas como Wari o Inca, encontradas muy lejos de sus centros originales, fueron llevados o fueron elaborados en cada remoto lugar. A fines de año concluirá este proyecto, que es original en el mundo y permitirá precisar conocimientos sobre nuestras culturas.

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